El pequeño pueblo de Intza(313m.), situado en el valle de Araitz; es el centro neurálgico de esta aventura. Junto a la iglesia de Sta. Krutz encuentro un pequeño parking donde dejar el coche y desde allí parto hacia el centro del pueblo. Tras dejar un molino a mi derecha, busco la pista cementada que a mano izquierda asciende al caserío de Ansonegoikoa.
Antes de llegar al caserío la pista pasa a ser un camino rural. Tras pasar por Ansonegoikoa, llegamos a una alambrada que cruzamos e inmediatamente giramos a la derecha, ganando altura por un barrizal que pronto sale a campo abierto. Poco más adelante el camino se adentra en un bosque de hayas y robles, y comienza a superar un fuerte desnivel mediante continuas biras. Así terminamos llegando a una fuente, desde ella enfilamos hacia el E-NE y encontramos un pequeño vivac situado en un “balcón”(931m.), perfecto mirador de las Malloas.
Aprovecho la parada para cubrirme una ampolla con “compeed”, es lo que tiene estrenar las botas… y después busco el ascenso por toda la loma hacia el norte. Tras un fuerte repecho, aparecen frente a mi Alborta y Ttutturre; el primero lo dejaré para otra ocasión, ya que no creo que me vaya a sobrar tiempo hoy. Llegando a los metros finales del Ttuturre, hay mucho hielo y subo con cuidado; en la cima me aguardan unas vistas increíble que a ratos desaparecen entre la niebla.(Ttutturre, 1.282m.).
Bajo por donde he subido y me dirijo al collado que me separa de Pallardi (W), parando primero en una cavidad bajo el Ttutturre para comer algo. Fotografío una bonita estampa de nuestra primera cima al pasar por la borda que hay en el collado, y medio trepando entre rocas después alcanzamos la cima de Pallardi (1.291m.).
Algún pequeño resbalón nos sorprende bajando al siguiente collado (W, 1.196m.) y una vez abajo nos encontramos de frente con una auténtica barrera de karst (karst de Argañeta). Atallorbe queda más al Sur, pero nosotros superamos esta barrera siguiendo el sentido de la marcha, llegando a un alto desde el que buscamos la bajada a otro pequeño collado cruzando un bosque lleno de bloques calizos. Una pequeña cabaña nos sorprende entonces, y junto a élla un “Arkue”; los Arkuek se dice que son cabañas cupulares de los gentiles, aunque la teoría más realista habla de primitivas chabolas de pastores. Unos metros más arriba, encuentro un paso abierto en la roca y es entonces cuando me sorprenden bajo mis pies otras dos “Arkuek”. Mendi no se encuentra muy agusto en este momento entre el Karst de Argañeta, le resulta difícil avanzar.
Desde estos curiosos “iglús”, solo nos queda ganar el cordal (W-SW) para alcanzar la cima de Mendiaundi (1.307m.); desde donde conseguimos una mejor perspectiva del camino que nos queda. Curiosamente, queda bastante menos nieve de la que se adivinaba al inicio de la jornada; y esto ayuda a que avancemos rápidos hacia el cercano Kurutzeaga, rodeando el valle de dolinas que nos separa de él. En la cima, un buzón y vistas espectaculares sobre las Malloas (1.308m.).
Volvemos unos metros atrás, y continuamos por la línea del cordal; en nuestro camino comienzan a aparecer unas marcas de puntos de pintura roja que nos guían entre las rocas hacia la siguiente cumbre: Beldarri (1.405m.). Y de aquí al cercano Irumugarrieta/Intzeko Dorrea, se llega en un abrir y cerrar de ojos; el enorme vértice de la cima nos hace las funciones de un faro. Nos encontramos en la cima más alta de Aralar (1.430m.).
Tras aguantar una fuerte ventolera en la cima mientras comíamos algo, iniciamos el descenso a Baratzailko lepoa. Al llegar al collado, vemos que ha venteado mucho y se ha formado una placa de nieve que no me convence. Desciendo cinco metros y mis pies patinan con una capa de hielo que hay bajo la nieve, así que vuelvo a subir para ponerme los crampones. Llegados al punto más vertical, Mendi se niega a bajar y me veo obligado a atarle, después baja sin problemas. Pasado el punto conflictivo me quito los crampones y en ese momento un golpe de viento se lleva la bolsa en que los guardo; salgo corriendo por detrás… pero cae barranco abajo… ¡rayos!
Bajamos a través del hayedo, por un camino marcado pero resbaladizo por el hielo, y tras dibujar varias zetas llegamos a los prados de Larremear. Allí se alcanza la pista que baja a Gaintza, al llegar al primer caserío, giro a la derecha para intentar tomar una senda que me lleve a Intza por la ermita de Sta.Cruz; pero hay tanto barro que me veo obligado a volver atrás y bajar hasta el pueblo para tomar la pista a mano derecha que después enlaza con el GR-20. Tras medio kilómetro siguiendo las marcas blancas y rojas, tomamos una bifurcación a mano derecha que nos lleva por fín de vuelta a Intza. Amen.