Mayo de 2015, comenzamos a estrenarnos en el mundo de los “furgoviajes”; y como toda aventura que se experimenta por primera vez, vamos cargados de nervios hasta “las cartolas”. Además, ya no somos solo 2 en la familia, así que hay que amoldarse a viajar con un “benjamín” que no te permite seguir un plan estricto. Al ser un mundo completamente nuevo para nosotros, decidimos escoger un destino cercano: Cantabria.
Nuestra primera parada en este caso fue el pueblo de Fontibre, famoso por llevar los méritos de encontrarse en él el nacimiento del río Ebro. Aunque esto no es del todo cierto, ya que el Ebro es un afluente del río Hijar, el cual nace en el Pico Tres Mares y tras esconderse bajo la tierra, surge de nuevo en Fontibre. Desde aquí, el Ebro recorrerá 930km hasta desembocar en el mar Mediterráneo, finalizando su trayecto en el famoso Delta del Ebro, después de pisar 7 comunidades autónomas: Cantabria, Castilla y León, La Rioja, País Vasco, Navarra, Aragón y Cataluña.
Para llegar a Fontibre por la A-67 cogemos la salida de Reinosa y seguimos la CA-183 hasta llegar al pueblo; allí aparcamos en la Plaza del Ebro. Calle abajo pasamos junto a una gran maqueta que representa la geografía de la zona, y después pasando junto a la Posada Fontibre, llegamos al paseo que lleva al nacimiento. En el camino encontramos unas mesas y fuente que aprovecharemos para comer, y un poco más adelante el nacimiento con la Virgen del Pilar y la pequeña ermita. Hay varios carteles informativos, y en uno de ellos se nos indica que son 4 las surgencias que alimentan el nacimiento: La Fuentona, el Pozo de Los Muertos, Pozo del Medio y Las Fuentanucas. Rodeamos el nacimiento pasando a la otra vertiente del río y caminamos frente a una gran escultura para llegar al puente que nos lleva de nuevo hacia el pueblo. Ha sido un corto paseo que inspira tranquilidad.

Aparcamos en la Plaza del Ebro.

Maqueta del Ebro en Fontibre.

Camino al nacimiento.

Virgen del Pilar.

La pequeña ermita.

Nacimiento del Ebro.

Pasamos junto a un monumento.

Cruzamos el puente para regresar a la furgoneta.
Lo siguiente que hacemos es ir a ver Reinosa, conocido pueblo cántabro situado al oeste del embalse del Ebro; que lo cierto es que me dio la sensación de no estar nada aprovechado de cara al turismo con las posibilidades que tiene. Aparcamos junto al cementerio, un café en un bar que parecía seguir sumergido en los años 70 por su antiguo mobiliario; y después de paseo hacia la iglesia y el centro del pueblo, que es donde se encuentran los edificios más antiguos. Os dejo unas fotos para que os hagáis a la idea del estilo arquitectural. De regreso a la furgo compramos unos dulces típicos en “Casa Vejo”; si algo tienen bueno estos cántabros, son sus sobaos, quesadas y dulces varios sin duda alguna.

Palacio en Reinosa.

Paseando por las calles de Reinosa.

Aires antiguos en Reinosa.

Pesca en Reinosa.

Centro de Reinosa.

Coche de reparto de Casa Vejo.

Edificio del Banco Santander en Reinosa.

Edificio del teatro principal de Reinosa.

Iglesia de San Sebastián.

Ayuntamiento de Reinosa.
Abandonamos Reinosa en busca de la carretera CA-730, la cual rodea el pantano del Ebro por el sur. Hacemos una parada en Las Rozas de Valdearroyo, para ver la torre de la iglesia de Villanueva de Las Rozas, más conocida como la “Catedral de los Peces”. Esta iglesia fue sumergida en 1946 con la construcción del embalse; merece la pena detenerse a sacar unas fotos.

“Catedral de los Peces”.
De allí continuamos hasta Arija, quería conocer el lugar de donde se coge la arena para el horno de vidrio flotado que tiene Guardian en Llodio. Accedimos hasta el extremo norte de la pequeña península (playa de Arija), unos metros más adelante que el camping, donde se puede estar tranquilos a escasos metros del agua. Aunque en este día soplaba el aire y había hasta oleaje… Abandonando el lugar pasamos por las instalaciones de la explotación arenera y continuamos rodeando todo el embalse hasta la N-623.

Junto a la playa de Arija.

Estación de Arija.

Fábrica de Arija.
Nuestra idea era ir a dormir a Las Dunas de Liencres, así que conducimos hacia el norte, atravesando el increíble puerto del Escudo. Decir que en lo alto del puerto hay una pirámide, que realmente es un mausoleo construido por orden de Franco, donde se enterraron a varios cientos de soldados italianos que perecieron en la guerra civil. El enano de la familia comenzaba a estar cansado, y tuvimos que parar en Puente Viesgo a descansar. Allí merece la pena acercarse a la Vía Verde del Pas, a ver la antigua estación, la locomotora Reyerta (data del año 1913) y el edificio del ayuntamiento. Y si se quiere se puede disfrutar de un buen baño en el balneario también.

Iglesia de San Miguel.

Ayuntamiento de Puente Viesgo.

Antigua estación de Puente Viesgo.

Locomotora Reyerta.
Siguiente parada, parque natural de Las Dunas de Liencres. Teníamos entendido que es un lugar ideal para furgoneteros, pero nuestra experiencia no fue muy buena… primero bajamos hasta el parking a pie de playa, y vimos un cartel que por la ley de costas prohibía pernoctar allí; por lo que quisimos curarnos en salud y subimos al aparcamiento del pinar. Allí cenamos y nos vino otro furgonetero a contar que ahí no estábamos bien, que era mejor en la playa (por problemas con los vecinos del lugar); y para colmo luego un coche estuvo rondando varias veces por el lugar y el guarda aparcó justo detrás nuestro. Todo parecían señales que nos invitaban a marchar… Así que como no íbamos a dormir tranquilos, nos metimos otra kilometrada en busca de un buen sitio para dormir y acabamos en Islares, en un buen aparcadero herboso que hay entre el camping y el hotel spa Aisia. Allí nadie nos molestó.

Parking superior de las Dunas de Liencres.
El amanecer fue tranquilo, con unas preciosas vistas sobre el Candina. Repetiría noche en este lugar. Además al tener el hotel cerca, pudimos ir a tomar un café. La siguiente parada del día sería Castro. Aparcamos junto a la plaza de toros y nos fuimos a recorrer el paseo marítimo. El plato fuerte sin duda alguna es la visita al castillo/faro ( s.XIII/XIX), ruinas de la iglesia de San Pedro (s. XII) e iglesia de Santa María (s.XIII). La iglesia de Santa María de la Asunción es el monumento gótico más importante de Cantabria y fue declarada bien de interés cultural en 1931. De allí bajamos al casco antiguo, visitando el yacimiento arqueológico de Flaviobriga y aprovechando a comer en un restaurante de la zona.

Amanece en Islares.

Vistas al Candina.

Islares.

Playa de Castro.

Esculturas de niños bañándose en Castro.

Iglesia de Santa María de la Asunción.

Faro.

Parte trasera de la iglesia de Santa María.

Ruinas de la iglesia de San Pedro.

El puerto de Castro.

Vamos a la parte antigua.

Yacimiento arqueológico.
Y esto fue todo, vuelta a la furgo y a casa; ya nos habíamos estrenado en el mundo camper, y de qué manera… Pero esto es como el chocolate, contra más comes, más quieres…