Tenía un par de días libres y quería volver a irme de travesía con Mikel; después de que él hubiera vuelto hacía unos días de la gran travesía que le ha llevado desde Austria hasta Finisterre, atravesando los Alpes, Pirineos y Cordillera Cantábrica. Y qué mejor aventura que una travesía por el Macizo Central de los Picos de Europa: el primer día (16km, +2,200m.) subiríamos por la Jenduda, para rodear el Peña Vieja y ascender por el Canal del Vidrio; para luego deslumbrarnos con el Urriellu desde la Collada Bonita y bajar a vivaquear junto al refugio Delgado Úbeda. El segundo día (16,5km, +1,100m.) por el Jou Sin Terre al collado de Horcados Rojos y la cima homónima, luego a la histórica Cabaña Verónica y de allí al collado del Tiro Casares, para descender hasta la verde Vega de Liordes y regresar a Fuente De por los Tornos de Liordes. Una de las mejores formas para conocer este sector…
Arrancamos pronto de Llodio y en unas 3 horas llegamos a Fuente De. Nos tomamos con calma los preparativos; tenemos todo el día para caminar y sabemos que será una jornada dura. Así pues, tomamos el sendero que asciende hacia la pared (NW) y pronto dejamos a nuestra izquierda el desvío que lleva a los Tornos de Liordes, por donde descenderemos mañana. El sendero dibuja una V después y se vuelve más pronunciado al superar un canchal. Ya vemos la brecha que se abre en la pared, la cual nos indica que comenzamos a entrar en el famoso Canal de La Jenduda.
Al de poco de encajonarnos encontramos la mayor dificultad de este ascenso, que se trata de un resalte de unos 3 metros, bastante pulido, en el que hay instalada una cuerda. Nos ayudamos de ella y trepamos unos pocos bloques hasta salir a un terreno más sencillo. Al final del canal la pendiente es muy pronunciada y nos ayudamos de las manos en algún momento para avanzar mejor.
Una vez en el collado, atravesamos la vaguada que tenemos frente a nosotros y nos dirigimos a la derecha(W); atravesando los restos mineros hasta enlazar con la pista que va de El Cable hacia La Vueltona. En este momento Mikel comenta que le apetece ir hasta la estación superior del teleférico, así que allí que vamos, mientras nos vamos cruzando con chicas que con sus parisinas parece que vienen de pasarela y todo tipo de fauna… La verdad es que merece acercarse por las increíbles vistas a la Peña Remoña o la montaña Palentina.
Pero hay que continuar con la marcha, así que regresamos sobre nuestros pasos para ascender por la pista hasta la Horcadina de Covarrobres, bajo Peña Olvidada; y de allí descender camino al Chalet Real (NW), recordando alguna batalla vivida en el Pico Cortés, mientras no despegamos la mirada del Macizo Oriental. A la altura del Chalet Real nos tumbamos en un descampado para disfrutar del sol y comer algo; cerca queda la fuente de Resalao por si hicera falta…
Luego seguiremos el sendero que se dirige a las blanquecinas Minas de Las Mámforas (N), que de lejos casi parecen estar nevadas. Pero sin bajar a estas, vemos claramente el canal por el que nos toca subir ahora: la Canal del Vidrio. Se trata de una canal bastante descompuesta, en la que debemos ir pegándonos a la pared izquierda y que se va estrechando poco a poco, hasta salir por un sendero aéreo a una amplia ladera. Luego, en contínuas zetas, se supera el fuerte desnivel hasta situarnos junto al pico de La Garmona.
Con rumbo Norte-Noroeste, nos adentramos en el karst que pasando bajo el Tiro de Santiago, lleva al grandioso Hoyacón de Villasobrada; teniendo cuidado de no caer en ninguna sima. Tras dejar esta gran depresión a nuestra izquierda, ganamos altura con la vista vuesta en la Torre del Oso; pero pronto veremos como una serie de hitos nos guían hacia la collada que se sitúa a nuestra izquierda, junto a un “diente”. Se trata de la Collada Bonita, y es normal que se llame así; porque al llegar a ella se abre ante nosotros una de las mejores perspectivas de la cara Sur del Naranjo de Bulnes.
En la bajada al Jou Tas el Pico hay que tener un poco de cuidado de no resbalar, pero se hace sin problemas. Poco a poco iremos girando a la derecha (N) para alcanzar el Collado de La Celada (2,239m.) y bajar después por el canal homónimo. En este momento nos engulle la niebla, anulando nuestras esperanzas de admirar las paredes del Picu; así que nos centramos en los hitos y los sencillos destrepes. Poco a poco nos tendremos que ir arrimando a la pared de la izquierda, para rodear el Naranjo y llegar en ligero ascenso al refugio Delgado Úbeda (1,960m.); fin de trayecto. El resto del día lo pasamos buscando el mejor vivac (los hay a montones), hidratándonos, tomando un cola-cao calentito, sacando fotos y preparando nuestro “campamento”.
El segundo día decidimos levantarnos para sacar unas fotos del amanecer, así que comenzamos a caminar sobre las 8h. Con rumbo suroeste en nuestros pies, seguimos el sendero que nos lleva a un cortado tras el cual se encuentra el Jou Sin Tierre. A la derecha se encuentra el paso que evita tener que destrepar y luego el sendero avanza a media ladera por la izquierda del Jou. El siguiente collado al que se llega es la Garganta de Los Boches (2,148m.), donde se nos abre una amplia panorámica dentro del valle encajonado en el que nos encontramos: de izquierda a derecha veremos los Picos de Santa Ana, la Torre de Horcados Rojos y el Pico Tesorero. Dejamos a nuestra derecha el Jou de los Boches y nos paramos frente a la inmensa pared del Horcados Rojos, que nos hace sentir pequeños…
Decidimos comer algo para dar tiempo a dos montañeros que han entrado antes que nosotros en la pared, y así evitar que nos caiga alguna piedra. Tras veinte minutos vemos venir más gente, así que arrancamos ganando altura dibujando zetas sobre terreno descompuesto y llegamos enseguida al famoso cable que sirve de ayuda en esta subida (con tiempo seco no es necesario usarlo). Se trata de un pronunciado ascenso, algo expuesto pero con buenos agarres en todo momento. Mikel se lo toma con ganas y me lleva con la lengua fuera, tal es su ritmo que alcanzamos a la otra pareja justo antes de llegar al Collado de Horcados Rojos (2,343m.). La verdad que me gustó mucho este acceso.
Tras sacar unas fotos decidimos ascender a la cercana cima de La Torre de los Horcados Rojos, sin nieve no tiene ningún misterio. Al llegar a la cresta hay dos opciones, o pasar por un sendero expuesto (es un peligro innecesario) o subirse a la antecima y acceder desde ella a una terraza desde la que se trepa sin peligro a la cima; punto culminante de nuestra travesía (2,506m.). Desde aquí podremos disfrutar de una panorámica de 360º sobre todo el Macizo Central, y en nuestro caso, de una agradable charla con un grupo de Holandeses también.
El siguiente paso es bajar por el mismo camino de subida y desde el collado coger el camino a Cabaña Verónica (S), viéndonos obligados a cruzar algún nevero. Tras perder algo de altura, superamos otra breve subida hasta la famosa batería antiaérea de un portaaviones, reconvertida en refugio. Las cabras dominan el lugar mientras acosan a los montañeros en busca de comida,si no que se lo pregunten a Mikel… Comemos y tras hablar con el guarda sobre el estado del camino que nos queda por delante, arrancamos de nuevo dirección a una corta cresta que se ve al Oeste. Una serie de puntos rojos nos guiarán en este tramo. Tras superar la arista de la que hablábamos (más ancha de lo que parece de lejos), nos encontramos con un karst caótico; perdemos altura y nos topamos con una pared en la que hay que superar una breve trepada (I-II).
Una vez más vemos como tenemos que cruzar un par de neveros, y después nos encontramos ya subiendo a la Horcada de Casares (2,350m.). Volvemos a toparnos con los Holandeses, y nos ofrecen un trago de Whisky “¡Too heavy for me!” les digo mientras se ríen… Tras el breve descanso descendemos siguiendo los hitos y las marcas de pintura, pero al llegar a la Collada Ancha, improvisamos y decidimos bajar por el Jou del Sedo en lugar de seguir las marcas. Llegamos a una cueva, creo que se trata del Pozo Bajo del Sedo (-798m. desnivel, 999m. recorrido). A continuación cogeríamos erroneamente el camino que lleva al Pico de la Padiorna, por lo que nos vimos obligados a corregir y perder altura hacia nuestra derecha, hasta llegar al cortado que nos separa de la Vega de Liordes (¡qué paisaje!).
Siguiendo el cortado hacia el Noroeste, encontraremos un camino que baja a la Vega de Liordes sin dificultad alguna. Ahora en dirección sureste, vamos dejando a nuestra derecha los prados hasta alcanzar las Minas de Liordes. Aquí comienza el largo descenso de Los Tornos de Liordes, que en seco no presenta ningún problema; pero con la caminata que llevamos encima se hace bastante pesado al final… Menos mal que las vistas sobre el parador de Fuente De nos ayudan a pensar en que llegaremos enseguida… Y así llegaremos a nuestro punto de partida tras una gran jornada. Ya solo quedará cambiarnos, hidratarnos y regresar a casa; eso sí, haciendo una paradita en Potes para comprar queso Picón. ¡Salud!