Debido a que este año no hemos podido ir de vacaciones, decidimos irnos tres días cerca de casa; a descubrir la Cantabria infinita. A medio camino entre Asturias y País Vasco, guarda muchas similitudes con estos dos, tanto en paisajes como en construcciones. Una tierra verde que depara grandes sorpresas; veamos pues algunas de éllas.
11/09/2012 DUNAS DE LIENCRES-SUANCES-COMILLAS
Nuestra primera parada fue el Parque Natural de las Dunas de Liencres, situado en la desembocadura del río Pas, o lo que es lo mismo, la ría de Mogro. Tras dejar el coche en el amplio parking, donde reinaban las furgonetas de los surfistas; paseamos primero por la playa de Canallave y por la de Valdearenas después; para luego volver a través de las dunas.
Playa de Canallave.
Playa de Valdearenas.
Paseando por las dunas.
La siguiente parada sería Suances, donde además coincidió que era día de mercado. Tras dar una vuelta por la parte alta del pueblo y comer, bajamos al paseo marítimo, que al final es lo que más llama la atención de este lugar. Luego nos acercamos al faro, donde hay unos bonitos paseos junto a los acantilados y de allí ya partimos hacia Comillas siguiendo la carretera de la costa; para disfrutar de los acantilados.
Figura a la entrada de Suances.
Una panorámica de Suances.
Faro de Suances.
De camino hicimos una parada en la playa de Santa Justa, un lugar que en parte me pareció que tenía algo de “mágico”. Unas mesas y un “chiringuito” invitan a tomarse un tentenpié.
Santa Justa es un lugar mágico.
Y después llegamos a Comillas, una villa realmente interesante; que además fue la primera de España en gozar de alumbrado público. Primeramente nos acercamos a ver el antiguo cementerio con el coche, y después volveríamos atrás hasta el parking que hay a la entrada del casco histórico. De allí emprendimos la visita de las edificaciones más singulares del lugar: “La Puerta de Los Pájaros” de Gaudí, el Ayuntamiento antiguo, la iglesia de San Cristóbal, el Corro Campíos (una bonita plaza con terrazas donde se puede tomar incluso chocolate con churros), la fuente de los tres caños, la casa Ocejo… pero lo más sorprendente está en el suroeste de la villa: El Capricho de Gaudí, la Capilla-Panteón y el Palacio de Sobrellano. Aunque hay que pagar entrada para ver el Capricho de Gaudí, creo que es algo que merece la pena. Dentro de la casa un video nos explica en qué basaba Gaudí sus diseños y la verdad que es una construcción “única”, no os lo podéis perder. Por último terminamos acercándonos a la Puerta de la Universidad Pontificia y de allí al coche; mientras hacíamos alguna parada en los escaparates de las tiendas viendo los curiosos nombres de los dulces, como “Cojones del Anticristo”, “Orgasmos” o el licor “Hijoputa”.
Portada del cementerio.
Portada Casa Moro o la Puerta de Los Pájaros.
Pano desde la iglesia de San Cristóbal.
Entrando en el «Corro Campíos».
Fuente de Los Tres Caños.
Fachada Norte de El Capricho de Gaudí.
Ático del famoso edificio de Gaudí.
Vista de «El Capricho» desde la zona de la cueva.
Capilla-Panteón.
Palacio de Sobrellano.
La puerta de la universidad.
Y por fín nos desplazamos hasta nuestro lugar de hospedaje: Santillana del Mar, que ni es llana, ni tiene mar. Entramos en el acojedor hotel La Casona de Revolgo ****, y tras deshacer las maletas, terminamos la jornada con un relajante baño en la bañera de hidromasaje…
12/09/2012 FUENTE DÉ-SANTO TORIBIO-POTES-CUEVA DEL SOPLAO
Por la mañana nos sorprenden con un gran desayuno en el hotel: bollería, repostería casera variada, zumos, café, cacao, fruta, embutidos,… Así que llenamos bien los “depósitos” y arrancamos hacia Potes. Sorteamos el famoso desfiladero de La Hermida sorprendidos una vez más por su grandeza, y tras llegar a Potes, decidimos subir hasta el teleférico de Fuente Dé primero. La estación de El Cable se ve algo cubierta por las nubes, así que decidimos no pagar los más de 15 euros que cuesta el teleférico y bajamos al santuario de Santo Toribio de Liébana.
Una de las antiguas cabinas del teleférico.
El teleférico de Fuente Dé es una «puerta» de los Picos de Europa.
En el Santuario, podremos ver el Lignum Crucis; el relicario con un supuesto trozo de la cruz de Jesucristo. Unas fotos y volvemos a Potes. Qué os puedo decir de este pueblo…, he estado tres veces y cada vez me gusta más. La iglesia vieja de San Vicente, el monumento Jesús de Monasterio, la nueva iglesia de San Vicente Mártir, la torre del Infantado, el puente de La Cárcel y el de San Cayetano, la Torre de Orejón de Lama, la Plaza del Capitán Palacios, el casco histórico… todas estas edificaciones hacen de Potes un lugar especial. Damos un paseo por el pueblo y paramos a comer en el casco viejo, y claro está que teníamos que comer un plato típico del lugar: el cocido Lebaniego, los pequeños garbanzos de Potes con berza y todos sus sacramentos.
Panorámica de Santo Toribio de Liébana.
Mostrando el relicario.
Claustro del santuario.
Torre del Infantado.
Panorámica hacia la Plaza del Capitán Palacios.
Plaza del Capitán Palacios.
Camino al puente de San Cayetano.
Comida autóctona.
Como el tiempo empeoró por la tarde, nos fuimos a ver la famosa cueva de “El Soplao”; una auténtica maravilla… Una chica bastante amable y graciosa nos guía al interior de la cueva, utilizándo para ello un tren que va por los antiguos raíles de la galería minera de La Isidra. Una vez dentro, se realiza el circuito a pie. La visita completa dura 1h y solo por ver la gran cantidad de “excéntricas” que hay en esta cueva, merece la pena. Opino que en esta visita también, el dinero está bien invertido. Lástima que nos pilló mal tiempo, porque sino las vistas desde la entrada de las cuevas, también tienen que ser “brutales”.
13/09/2012 SANTILLANA DEL MAR-LIÉRGANES-SANTOÑA
Tras otro gran desayuno, esta vez nos damos una vuelta por el pueblo en el que hemos estado hospedados, ya que antes no hemos tenido tiempo. Así pues, comenzamos dando la vuelta al parque de Campo Revolgo, para ver la Casa de los Tagle después. Luego nos encaminamos hacia el centro, pasando para ello junto al museo Regina Coeli. Una vez que entramos en el casco antiguo, encontramos primero el Palacio de Peredo a la izquierda y la casa de Los Villa a la derecha. Tomamos la calle de la izquierda y nos acercamos a la sorprendente Plaza Mayor, donde encontramos unos de los edificios más singulares de Santillana: La Casa del Águila, la Casa de La Parra, el Ayuntamiento, la Torre de Don Borja, la Fundación santillana, la Torre del Merino y el Parador Nacional Gil Blas. En estos momentos cae lo que parece el diluvio universal, así que tras esperar a que pare un poco de llover; bajamos a la calle paralela (Calle Cantón) y nos acercamos a la famosa Colegiata de Santa Juliana. Rodeándola pasamos por la plaza de Las Arenas, donde se encuentra el Palacio de Los Velarde. Regresando a la Calle Cantón, la recorremos de punta a punta, pudiendo ver una antigua tripleta, las casas de Los Cossío y Los Quevedo, el museo de la tortura, la casa de Los Hombrones y la de Leonor de La Vega y la torre de Los Velarde. En resumidas cuentas, Santillana es un auténtico pueblo medieval.
La Casona de Revolgo****.
Subimos hacia el casco histórico.
Casa del Águila y Casa de La Parra.
Torre de Don Borja, Fundación Santillana y Torre del Merino.
Tripleta.
Colegiata de Santa Juliana.
Casas de la Plaza de Las Arenas, junto a la Colegiata.
Palacio de Los Velarde.
Tienda de artesanía.
Museo de la tortura.
Hasta con mal tiempo la calle es atractiva.
Tocaba ya emprender el viaje de regreso, así que de camino a casa la siguiente parada fué Liérganes; un pueblo muy arraigado a su leyenda del Hombre Pez. Al llegar al pueblo, se pueden ver sobre él dos lomas gemelas; que curiosamente son conocidas como “las tetas de Liérganes”. Nuestros primeros pasos nos llevaron a la oficina de turismo, situada junto al río Miera. Tras recoger un plano en el que además se explica la Leyenda del Hombre Pez, comenzamos la visita por el parque del Balneario. Después nos acercamos al casco antiguo, donde encontramos otra gran colección de antiguas casas de los siglos XVI-XVIII. Me parecen destacables aquí: el Puente Mayor y el Molino Museo del hombre Pez, la casa Rañada y Portilla, la Casa de los Cañones y la Capilla del Carmen y S.Francisco; aunque hay mucho más para ver.
Figura del Hombre Pez
Balneario de Liérganes.
Puente Mayor y el «Hombre Pez».
Al fondo, «las tetas de Liérganes».
Casa Rañada-Portilla
La Casa de Los Cañones.
Ermita del Humilladero.
Restaurante La Giraldilla.
Estamos a las puertas del otoño.
Tras comer otro plato típico como es el cocido montañés, reemprendimos el camino a casa; siendo nuestra última parada Santoña, el pueblo que se encuentra custodiado por el Monte Buciero. Coincidió con que se celebraba el mercado medieval, así que caminamos a través de los puestos hasta llegar al paseo marítimo (paseo de La Pereda). Primeramente caminamos hasta el fuerte de San Martín y después regresamos sobre nuestros pasos para continuar hacia el puerto pesquero. De camino nos encontramos con el monumento al “Sulero” y la plaza de toros. Después se pasa junto al centro de visitantes del parque natural de las Marismas de Santoña y por último llegamos a las famosas lonjas donde se reparte el pescado.
Antes de llegar a Santoña, un vistazo a las marismas.
Llegamos al paseo marítimo.
Los bancos del paseo invitan al descanso.
Caminando hacia el fuerte.
El monte Buciero domina sobre Santoña; al fondo se aprecia el Candina.
Plaza de toros.
«El Sulero».
Centro de visitantes de las marismas.
El nuevo edificio de las lonjas de pescado detrás.
Y ya con esto, terminamos nuestra visita. Regresamos a casa con un sabor agridulce, dulce por lo agradable de la estancia y los preciosos lugares visitados; pero agria por la mala meteo… En fín, así tenemos excusa para volver.