La segunda semana de agosto del 2015 estaba de vacaciones y decidimos irnos con la furgo a Asturias, esa tierra que me tiene enamorado. Iba a ser una salida de pocos días, así que era mejor no comprimir demasiado la agenda. El plan sería el primer día utilizarlo para el desplazamiento hasta el camping Costa Verde de Colunga, el segundo visita a Colunga, el tercero para conocer Lastres y el cuarto ya de vuelta, lo gastaríamos observando animales en el parque de Cabárceno en Santander.
Como comentaba el primer día arrancamos tranquilamente, los viajes con un miembro más en la familia resultan más lentos, hay que hacer más paradas y es mejor no estresarse. Al llegar al camping Costa Verde de Colunga nos dimos cuenta de que ya habíamos estado por allí varios años atrás, pero hasta entonces no nos acordábamos de ello. El camping es bastante familiar, con las parcelas sin divisiones, de césped cuidado; pero a mí me resultó acogedor. Tiene una zona de columpios para los peques, restaurante y lo mejor de todo es que está a pie de la playa de La Griega. Después de acomodarnos en el camping, pasamos la tarde visitando el yacimiento de icnitas o huellas de dinosaurio que hay en el extremo oriental de la playa. Desde el camping, son unos 600 metros los que hay que recorrer por un sendero para llegar al lugar donde se encuentran las pisadas de saurópodos y terópodos. Por cierto, hasta el momento son las más grandes descubiertas en el mundo.

Viene marcado el camino a las icnitas.

Encontramos un buen cartel con toda la información en el lugar de las huellas.

Los turistas sobre las huellas.

Aquí se aprecia la profundidad de las pisadas.

Y en esta podemos comparar el tamaño de las huellas con el de una niña.

La playa es ideal para estar con los niños.

El río Liberdón desemboca aquí.

Panorámica de la Playa de La Griega.
El segundo día fuimos a ver el centro de Colunga, que queda algo alejado del camping y hay que darse un buen paseo. Podéis encontrar el callejero aquí: http://www.colunga.es/c/document_library/get_file?uuid=10876398-a58c-4b12-b16e-fb11900707be&groupId=212079
Según llegamos al pueblo lo primero que vemos a mano izquierda es el refugio antiaéreo “El Cuetín”, que bien hizo sus servicios entre el 15 y el 18 de Octubre de 1937, cuando la Legión Cóndor bombardeó la zona por encontrarse en manos del bando republicano. Luego a mano derecha, la oficina de turismo y la iglesia de San Cristóbal, de finales del s.XIX. Después antes de entrar en el casco histórico, hacemos una parada frente al palacio de los Alonso Covián, de estilo renacentista (s.XVI). En esta casa nació en 1909 el médico D. Francisco Grande Covián, considerado el padre de la dietética y fundador de la Sociedad Española de Nutrición.

Paseo del camping a Colunga.

Refugio «El Cuetín».

Iglesia de San Cristóbal.

Interior de la iglesia.

Casa de Los Pablos.

Palacio de los Alonso Covián.
Siguiendo calle arriba, por la calle San Antonio, entre coloridas casas, llegamos al ayuntamiento. El consistorio se encuentra el el palacio de Estrada, de los siglos XVIII-XIX, barroco-historicista. Fue posada hasta 1926 y lo rehabilitaron en el 2013. Continuando calle arriba se llega a un antiguo hórreo, que hace un tiempo tenía un cartel que lo nombraba como “Villa Geraniu”. Luego volvimos atrás para bajar por la calle Sta. Ana, pasando junto a la Plaza de Abastos y llegando a la capilla de Santa Ana y San Hilarión, del s.XVI. Desde allí bajamos por la calle del Doctor Grande Covián, siguiendo el Camino de Santiago; para llegar a plaza El Monumento. Allí destaca al otro lado de la carretera la Casa de Los Pablos. Por último bajamos hasta la Plaza del Mirador del Fitu, para fotografiar otro hórreo. La tarde la pasamos en la playa de La Griega una vez más, es un buen lugar para estar en familia, ya que el río Liberdón desemboca aquí y permite tener a los niños cerca del agua sin el peligro de las olas.

Camino al ayuntamiento.

Ayuntamiento de Colunga.

Horreo.

Capilla de Santa Ana.

Plaza El Monumento.

Plaza del Mirador del Fitu.

Bonita tarde en la playa de La Griega.
Tercer día, visita a Lastres; precioso pueblo costero conocido por haberse rodado allí la serie “Doctor Mateo”. Podéis encontrar el callejero aquí: https://www.turismoasturias.es/documents/11022/838d5d89-03dd-4818-b82a-0abc602791cb

Plano de la Ruta del Doctor Mateo.
Nosotros aparcamos en una explanada habilitada como parking que hay a la entrada del pueblo, ya que en el puerto no había sitio. Desde la misma se podía observar la Playa de Llastres. Decidimos empezar nuestro paseo por la calle que a la derecha del vistoso edificio del restaurante Eutimio baja hacia el puerto. Antes de llegar al mismo, aparecen a nuestra izquierda las históricas escaleras de la fábrica de Mercedes. Construídas sobre un sendero del s. XV, unían la zona del escanu, donde se desguazaban las ballenas, con el barrio de los balleneros. Al llegar al puerto se tiene una bonita vista del pueblo, con la playa en primer término y la sierra del Sueve de fondo. Allí además disfrutamos de una sesión de fotos junto a antiguos cañones y si se quiere, se puede disfrutar de un buen menú marino en los cercanos restaurantes.

Al llegar a Lastres observamos una curiosa estructura en el mar.

Playa de Lastres desde el aparcamiento.

Edificio del restaurante Eutimio.

Bajamos al puerto de Lastres.

Escaleras de la fábrica de Mercedes.

La playa del puerto.

El pueblo queda en alto con respecto al puerto.

La playa y el pueblo.

Panorámica desde el cañón.

Nos divertimos haciendo fotos con los cañones.
Volviendo atrás después, entramos a la calle Gran Vía, donde se encuentra justo haciendo esquina el edificio que representaba la radio local en la serie Doctor Mateo. Las estrechas calles nos llevaron después hasta la encajonada capilla del Buen Suceso, del siglo XVI. Junto a ella está la que era la casa de la maestra en la serie, que tantos recuerdos traerá a quienes la seguían con su soleado ventanal. Siguiendo el mapa de la “Ruta del Doctor Mateo” nuestra siguiente parada nos situó en la Casa Guela, una coqueta casita blanca con vistas al mar que era la panadería en el programa televisivo. Otro punto de interés calle arriba, se encuentra en la Casa de Don Pedro; una gran casona con tres plantas en su cara frontal y dos en la trasera debido a la pendiente.

La «Radio Local».

Interior de la capilla del Buen Suceso.

La «casa de la maestra».

Casa Guela.

Vistas al pueblo.

Vistas al puerto.

Casa de Don Pedro.
Los empinados cantones nos guiaron a continuación a la fachada de un edificio vacío en su interior, el cual difería bastante de la imagen que nos hacía tener de él la serie; en la que era la taberna del pueblo. Camino a la iglesia hicimos otro stop en el camino, para sacar una foto de la que era la casa del Doctor Mateo. Y de allí a la iglesia de Sta. María de Sábada, del año 1757; declarada Monumento Histórico Artístico.

Empinadas calles guían a la iglesia.

La «taberna del pueblo».

La «casa del Doctor Mateo».

Iglesia de Sta. María de Sábada.
Se acercaba la hora de comer, y bajamos al restaurante del Palacio Vallados para dar rienda suelta a nuestros estómagos, pasando primero junto a la blanca casa de los fontaneros de la serie. Una amplia terraza cerrada permite comer con tranquilidad. Con la tripa llena se agradecía que el camino continuaba calle abajo, para visitar la Casa El Cuartel o de Los Robledo, del siglo XVIII. Su sobrenombre de “El Cuartelón” viene de haber servido de cuartel durante la francesada. El último punto de interés de nuestra visita sería la Torre del Reloj, y con esto dimos por finalizada la visita a este bello pueblo, aunque no a la ruta del Doctor Mateo…

La «casa de los fontaneros».

Casa de Los Robledo.

Torre del Reloj.
Y digo esto porque a continuación visitamos el conocido faro de Lastres, que también salía en la serie, y que se encuentra en el Cabo Lastres, a donde se llega atravesando Luces en dirección NW, siguiendo unas estrechas pistas. Un lugar donde se respira calma, ideal para observar el mar.

Llegamos al faro de Lastres.

Panorámica del faro de Lastres.

Primer plano del faro.
Una vez más emprendimos el viaje sobre las cuatro ruedas, con la intención de llegar al Parque de la Naturaleza de Cabárceno; pero de camino hicimos una parada cerca de Villahormes y Naves, puesto que había un par de bonitos rincones que quería enseñar a la familia. Así nos acercamos hasta la costa por estrechas pistas para avistar primero el Castro de Las Gaviotas o Islote Desfuracado; una enorme roca que se sostiene sobre dos “pies” ante los constantes golpes de las olas del mar Cantábrico. En el mismo lugar que observamos esta maravilla caliza, se encuentra un antiguo sacadero de algas en el que todavía se pueden ver los restos de las grúas que se utilizaban para alzar la materia prima. Muy cerca se encuentra también la Playa de La Huelga, por si alguien quiere aprovechar para darse un baño. Aprovechamos la ocasión también para acercarnos a la diminuta playa de Gulpiyuri, unos centenares más de metros al este, y también se puede acceder por pista. Algunos dicen que esta playa es la más pequeña del mundo, y tiene la particularidad de ser una playa de interior, a la que llega el agua por los orificios que ha abierto el oleaje en la roca caliza. Un pequeño oasis en medio de un descampado, algo digno de ver. Ojo a la hora de aparcar, hay un descampado que lo suelen habilitar como aparcamiento, pero fuera de él la Guardia Civil suele pasar a multar a los coches mal aparcados.

Las escaleras de bajada al sacadero de algas.

Castro de Las Gaviotas.

El sacadero, a la izquierda se encontraban las grúas.

Llegamos a Gulpiyuri.

Playa de Gulpiyuri, una pena coincidir en bajamar.

Playa de La Huelga.
Una vez en la carretera, nos desplazamos hasta el área para auto-caravanas que hay en la entrada del Parque de la Naturaleza de Cabárceno; donde hicimos noche. El aparcamiento se encuentra junto a la zona de los elefantes, con el Lago del Acebo adyacente. Muy cerca hay restaurantes, y es gratuito; con servicio de agua limpia, grises y negras. La única pega es que puede haber mosquitos.
A la mañana desayunar y visita al parque, lo cierto es que la entrada es algo cara (30€ por adulto en temporada alta), pero merece la pena. La extensión es tal, que es necesario desplazarse en coche continuamente. Entre las diferentes especies de animales, para mí las más destacables fueron los elefantes, los osos, las jirafas, los rinocerontes, el gorila de llanura, los leones, guepardos y tigres de Bengala entre otros. Tuvimos la suerte de disfrutar además de una actuación de aves rapaces. Para comer hay varios restaurantes en el interior. Y del parque poco más os voy a contar, ya que lo mejor es verlo. Os dejo el enlace del parque: http://parquedecabarceno.com/info/informacion-del-parque

El paisaje de Cabárceno es cuanto menos, curioso.

Elefantes.

Lago del Acebo.

Hipopótamo.

¿Será este el Rey Julien de los dibujos?.

Avestruz.

Ñu azul.

Cebras.

Dromedario.

Rinocerontes blancos.

No estoy seguro, pero creo que este era el jaguar.

También podremos encontrar reptiles varios.

Gorila de llanura.

Oso pardo.

Bisonte europeo.
Y con esto terminaron nuestras pequeñas vacaciones, poco más de una hora de viaje, y ya estaríamos en casa.